Kaka entrega a su Iglesia Renacer en Cristo su trofeo FIFA

El trofeo FIFA World Player que acredita a Kaká como mejor jugador de 2007 se exhibe en la sede mundial de la Iglesia Renacer en Cristo, en el barrio de Vila Mariana en Sao Paulo. El crack brasileño, dando muestras una vez de sus profundas convicciones religiosas, ha decidido entregar el galardón individual más importante de su carrera a la iglesia evangélica de la cual es un activo miembro.

Kaká optó por dejar el trofeo en el templo como una muestra de agradecimiento ya que atribuye la conquista a Dios. El acto de entrega fue realizado en una ceremonia en la cual participaron 5.000 fieles. Los presentes acompañaron en una pantalla gigante la oración vía satélite realizada por el pastor Estevam Hernandes, fundador de la iglesia, que se encuentra en arresto domiciliario en Miami, acusado, junto con su esposa, de un delito de evasión de divisas. “Ese es el primero de muchos trofeos que pretendo conquistar. Agradezco a Dios por esta conquista y voy a dejarlo aquí, en la casa del Señor, para que todos puedan verlo”, explicó Kaká durante el culto realizado.

La intención del jugador es que el trofeo también sea exhibido próximamente en el Memorial del Sao Paulo, el club donde se formó. Posteriormente, existe la posibilidad que el astro brasileño ceda, de forma definitiva, el trofeo a la iglesia evangélica.

“I belong to Jesus” (“Yo pertenezco a Jesús”) es el leitmotiv que guía la vida de Kaká. Cada vez que consigue algún título, el crack brasileño exhibe una camiseta blanca con el slogan en inglés; lo hizo recientemente en la audiencia privada que mantuvo en Brasilia con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y en Yokohama cuando ganó el Mundial de Clubs con el Milan. En un futuro, ha declarado que le gustaría convertirse en pastor evangélico.

La religiosidad del jugador no se ha visto avalada por el escándalo financiero en que se han visto implicado los líderes de la Iglesia Renacer en Cristo en los últimos meses. Sus fundadores, el matrimonio Estevam y Sonia Hernandes, fueron detenidos en enero de 2007 en Miami, cuando intentaban entrar en el país con 56.000 dólares no declarados. Tras ser juzgados en junio, fueron declarados culpables por la justicia norteamericana y se les impuso una pena de cinco meses en régimen cerrado y otros cinco de arresto domiciliario